Correos (Alameda Urquijo 19)

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El edificio de Correos ocupa el frente de una manzana del Ensanche, con su fachada principal hacia la Alameda Urquijo y las laterales hacia las calles Bertendona y Euskalduna. Posteriormente un estrecho callejón lo separa del Teatro Campos Elíseos. Fue proyectado por Secundino Zuazo en 1927.

En 1925 se celebró en París la Exposición Internacional de las Artes Decorativas e Industriales Modernas, que tuvo gran influencia en la arquitectura española y los jóvenes arquitectos que fueron adoptando una actitud más racionalista en sus proyectos. En  esas fechas estaba en construcción el Palacio de la Música en Madrid, proyectado por Zuazo, quien a su vez visitó esa exposición y realizó un viaje a Holanda.

Por la definición de un volumen compacto y por la composición de sus fachadas, con la principal ligeramente curva acomodándose a la alineación del solar y achaflanada en sus laterales, puede considerarse como el primer ensayo de carácter urbano de Zuazo tras su viaje a Holanda. Se refleja al exterior la simetría de la composición interior, sin perder la unidad de sus tres cuerpos fundamentales. El tratamiento de los materiales, especialmente el ladrillo, y la limpieza de los paramentos hacen referencia a arquitectos holandeses como Berlage y Dudok.

Su simetría y el acceso a través del eje principal con el tratamiento barroco de la portada destacan su vocación de objeto urbano. La integración de los materiales de las fachadas (zócalo de piedra artificial, ladrillo visto y revoco) y la solución de los chaflanes laterales en esquina suponen interesantes aportaciones arquitectónicas de Zuazo. Además la cubierta inclinada, apoyada sobre un sotabanco y rematada en un gran alero del más puro estilo montañés, acrecienta su personalidad. Posteriormente se abrió un nuevo acceso en uno de los chaflanes laterales.

Concebido como un bloque compacto, muestra el valor urbanístico de la arquitectura, adaptando de manera progresiva los valores tradicionales y evitando la experimentación. (texto de Francisco J. García de la Torre y Bernardo I. García de la Torre en Bilbaopedia)

Palacio Arana (Belosticalle 1)

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Es el palacio más antiguo que se conserva en el Casco Viejo de Bilbao, construido en 1590 aproximadamente. Es de estilo tardo-renacentista con portada de arco de medio punto protegida por dos figuras de Hércules a cada lado con pilastras almohadilladas, en la que se entra a un patio que organiza el espacio interior, como forma parte de la distribución de espacios típicamente renacentistas.

Esta ubicación correspondía a torres y caserones nobles que ejercían de defensa o status social a la entrada de las siete calles y que se alineaban en torno a la ría, ocupando el principio de cada calle, este solar correspondía al mayorazgo de la familia Arana. La familia Markina encabezaba la calle Carnicería Vieja, Los Martínez de Salinas la boca de Artecalle, los Leguizamón la entrada de la calle Somera, en donde hoy en día, si entramos en el portal del edificio actual, podemos encontrar una inscripción en su techo que conmemora la existencia de esa torre junto con el escudo que lo presidía. Existieron hasta doce construcciones nobles que encabezaban las siete calles y que han ido desapareciendo con el tiempo.

Cuando el Casco Viejo pierde ese carácter de defensa y se derriba la muralla, se construyen edificios más civiles y se empieza a conformar la plaza Vieja o plaza Mayor. Esta que se ubicaba entre la Iglesia de San Antón y el mercado de abastos actual junto con un edificio que compartían la casa consistorial y el consulado de Bilbao, y que cruzaba la actual carretera y las vías del tranvía. Se alineaba con San Antón, y en su parte frontal se organizaba un pequeño mercado primigenio, que a lo largo del tiempo y con diferentes modificaciones, dará paso al mercado de la Ribera que conocemos. (tesco de Ane Aranduy en Bilbaoguía.com)

El caso del Palacio de Arana: En los siguientes años y siglo, Bilbao verá como van apareciendo una serie de importantes edificios de este tipo, todos ellos surgidos en el contexto cultural que delimitan el renacimiento y el estilo barroco. De cualquier manera, el caso del Palacio Arana es singular tanto por el momento de su aparición como por las características edificatorias del mismo. De hecho, el Palacio de Arana fue obrado a finales del siglo XVI o comienzos del siglo XVII y con bastante probabilidad, como resultado de la reconstrucción subsiguiente después del incendio o de la inundación de final de aquel siglo. Los soportales de la Ribera se construyeron un poco más tarde, a mitad del siglo XVII, es decir con una cierta concatenación en relación con el edificio del Palacio. Ubicado éste sobre el solar ocupado por una antigua casa torre, pone de manifiesto la nueva disposición urbanística de la Villa que estaba transformando su antiguo puerto-embarcadero en plaza pública. Esta plaza, a la que daban frente el Ayuntamiento y la iglesia de San Antón, sería el lugar clave de encuentros y festejos hasta la construcción de la Plaza Nueva. Mantuvo la Plaza, en cualquier caso, el carácter de puerto y mercado y como tal, de centro vital de la población. Los soportales del Palacio de Arana serán los primeros que aparecerán en la zona constituida por el conjunto de casas cabeceras de las Siete Calles. Realizado en un lenguaje tardorenacentista es, en su conjunto, un testimonio singular y único. Muy transformado en sus elementos de distribución interior, mantiene, no obstante, importantes detalles y aspectos originales: el acceso a su entrada principal, los soportales, los balcones, así como partes singulares de su tipología y volumetría. Reputado, por algunos autores, como una de las construcciones civiles más antiguas de las que se conservan en el Casco Viejo, nos aporta, el Palacio de Arana, el testimonio de un resurgir de Bilbao tras el aciago siglo XVI. Desde entonces hasta hoy constituye un fiel testigo de los avatares de la Villa y un singular legado histórico de la misma. (Texto de Elías Mas Serna en el periódico Bilbao)

Fue declarado el 20 de febrero de 1996 como edificio de especial protección y fue rahabilitado en el año 1984 por Ricardo Beascoa Tomás, Jose Mª Padro Scala, Emilio Vélez Fernández y Susana Menoyo Cecilia

La historia del Palacio Arana va de la mano de un Bilbao que fue floreciente y violento, según los casos. Crucemos bajo el arco de medio punto para curiosear. Pasen, pasen y vean. Allí está Enrique Manuel Arana Salcedo y Serralta nacido en Bilbao el 26 de octubre de 1675 y que casó con Josefa Antonia Arriola y Axpe, hija de Zeanuri. Fue testigo de la Matxinada que comenzó quemando la casa de Allende Salazar, después la de los Barnechea y Sarachaga. Vio cómo el pueblo cortó la cabeza con una hoz en los Caños a un contemporáneo ilustre, Manuel de Orovio. Enrique Arana fue diputado General por Bizkaia por el bando oñacino. Escapó de su casa, que fue asaltada y registrada, se refugió en el Colegio de los Jesuitas de donde salió imprudentemente y se dirigió a los matxines que estaban reunidos en el Arenal para tratar de apaciguarles. Ese mismo día, el 5 de setiembre de 1718, fue asesinado en el Arenal. Una nube de pedradas y balazos cayeron sobre él dejándolo muerto, su cadáver sufrió mutilaciones y fue profanado.

Un día antes, las turbas habían entrado en la casa. Empezaron rompiendo todas las vidrieras, las ventanas y puertas de la casa. Una cuja bronceada, con colgaduras de damasco carmesí con hilos de plata y oro, toda la ropa de lino, seis camas más, sillas, taburetes, cuatro mesas, cuatro escritorios de concha, con mesas de nogal y algunos dijes sobre ellas, espejos, dos bufetillas, un arca grande y tres menores, dos catres. A ello hay que sumar que desaparecieron cien barras de damasco carmesí en tela, ropa blanca, treinta onzas de plata labrada, ocho arrobas de chocolate (dulce muy apreciado en aquella época), cecina, tocino, carne y licores;dos escopetas y dos espadas, cuatro pelucas dos sombreros y dos de golilla, amén de documentos, libros y papeles de los mayorazgos de Arana, Echévarri, Aperribay, Líbano y Lazcano. Esta relación de objetos destruidos figura en el Archivo de los Zabálburu, allá en el Archivo de la Diputación Foral de Bizkaia. (texto de Jon Mujika en DEIA)

 

Edificio Navarra 3

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Este edifico data de 1890, obra de Severino Achucarro Morocoa destinado a viviendas. En la guerra civil sufrió un bombardeo y las obras de rehabilitación en el año 1937 corrieron a cargo Ricardo Bastida Bilbao.

En sus bajos han sentado sus reales varias entidades bancarias desde la Caja de Ahorros Municipal de Bilbao hasta la última, Banesto que tras su cierre ha sido adquirido por una cadena de perfumerías, Grupo Arenal, que le ha vuelto a dotar de vida al edificio

BBK (Zabalbide 1)

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Este edificio, nacido como alhóndiga, se ubicó en el terreno ocupado con anterioridad por la antigua Alberca, entre el Palacio de los Lezama-Leguizamón y el Palacio de los Victoria de Lecea, al inicio de la Cuesta de Zabalbide. Había realizado el proyecto del mismo el que fuera Maestro de Obras y técnico del Ayuntamiento de Bilbao: Domingo Fort, presente, mediante un importante número de trabajos, tanto en el área del Casco Viejo como en otras zonas del Municipio y, particularmente, en el Ensanche del mismo. Domingo Fort realizó un correctísimo ejercicio de arquitectura al proyectar y ejecutar la alhóndiga situada en el encuentro de la calle Ronda con la cuesta de Zabalbide. Su diseño formal se apoya en un muestrario bien seleccionado del repertorio de las “Beaux Arts”. El edificio, en principio modesto, destacaba por su adecuada y sencilla composición y por la utilización del ladrillo y la piedra de manera elegante. Presentaba un levante de planta baja y dos plantas piso y una última planta de cubierta amansardada. Fue, pues, en esta dependencia municipal donde se instaló la nueva entidad de ahorro cuyo acto inaugural tuvo lugar el 13 de febrero de 1907 bajo la presidencia del alcalde de la Villa, en aquel momento, Gregorio de Ibarreche.

El edificio en la actualidad

La fundación de la Caja de Ahorros Municipal de Bilbao, que cristalizó en la R.O. de 15 de enero de 1907, se debió a la iniciativa del primero de los citados alcaldes, es decir, de Gregorio Balparda. La propuesta, en cambio, de que además fuera Monte de Piedad hay que adjudicársela, sin embargo, a su sucesor Ibarreche. La nueva entidad, nacida de la iniciativa municipal, necesitaba, como es lógico, un primer domicilio social donde dar comienzo a su actividad. Y así como la Caja de Ahorros Vizcaína, que se creó con posterioridad por iniciativa de la Diputación de Bizkaia, buscó acogida en las propias dependencias del Palacio Foral, la nueva entidad municipal se instaló en uno de los edificios de los que disponía el Ayuntamiento: en la Alhóndiga de la calle Ronda.

La importancia que, paulatinamente, fue adquiriendo la Entidad de Ahorro hizo que el edificio, primitivamente destinado a alhóndiga, requiriera de algunas transformaciones para dotarle de mejores espacios y sobre todo de una imagen adecuada a la importancia de la Institución. Le tocó, en este caso, a Ricardo Bastida, a la sazón arquitecto municipal, el desarrollo del correspondiente proyecto del que se dedujo la definitiva imagen que ha adquirido hoy la construcción. La obra abordó, fundamentalmente, un cambio de imagen en la fachada del edificio de tal manera que a través de esta, se hiciera patente la representatividad de la sede de la Caja de Ahorros. El diseño realizado por Ricardo Bastida tiene como fecha el mes de julio del año 1926 y se concreta en un levante frontal en la última planta que presenta una imagen más rotunda de la fachada que la que le aportaba la antigua mansarda. Todo ello sin perjuicio de las mejoras y reformas para los diferentes servicios que la entidad de crédito precisaba. Por otra parte, situaba en posición central la puerta de acceso a la entidad entre los tres huecos que el edificio presentaba en la fachada a la plazuela de los Santos Juanes. Hay que resaltar el respeto de Ricardo Bastida por la obra de Domingo de Fort que es, aún hoy, perfectamente perceptible en el conjunto. La nueva parte añadida al edificio primitivo es tratada como una continuidad compositiva del primitivo alzado, al que se refiere en sus mismos ritmos fundamentales, mientras que las nuevas aportaciones, ejecutadas en sillería, adquieren el carácter claro e indiscutible de un remate digno y equilibrado que se integra perfectamente en el trabajo realizado por el Maestro de Obras. En la concreción de este remate, Ricardo Bastida, une su sabiduría en el manejo de determinadas constantes académicas, con unos ponderados y limitados recursos modernistas de excelente efectividad. Todo bien conjugado para formalizar una idea unitaria del conjunto y crear una nueva imagen, digna y representativa, tanto para la organización que albergaba, como para el espacio urbano, altamente emblemático, al que se asomaba y ayudaba a configurar. Con posterioridad, la Caja de Ahorros y Monte de Piedad Municipal de Bilbao, trasladó su sede central al nuevo Ensanche, al igual que hicieron otras entidades de crédito radicadas, inicialmente, en el Casco Viejo. Así, de esta manera el edificio de la primera sede de la Institución pasó a ser una más de las sucursales de la Caja de Ahorros Municipal y, ahora, de la BBK. Dadas las características de la construcción se la podría reputar de un edificio modesto, sobre todo en contraste con los grandes proyectos realizados en los últimos tiempos en nuestra Villa. Sin embargo, no es así, sólo hay que asomarse al entorno de la iglesia de San Antón, para hacerse idea de la notable seriedad y rigor alcanzado por los dos autores que, de manera superpuesta, dieron forma a este edificio, sede social de una notable iniciativa municipal, y referencia significativa en un entorno en el que coinciden grandes ejemplos de la arquitectura del Bilbao de todos los tiempos. (Texto de Elías Mas Serna en el periódico Bilbao)

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Torres de Zabalburu (Nicolás Alcorta 3)

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Este conjunto de torres constituyó en su día una de las apuestas de modernidad de Bilbao.

Obra de Eugenio Mª Aguinaga Azqueta y Luis Mª Gana Hoyos en los años 1966 tuvo su época de esplendor para caer un un declive extraordinario que ha provocado las protestas de los vecinos

«Bilbao se incorpora a la gran revolución europea con su Centro Comercial Zabalburu». A bombo y platillo, y en periódicos de tirada nacional como ABC, publicitaba Construcciones Alcorta en 1969 el proyecto estrella de su promoción de 470 viviendas en este distrito de Bilbao; los bajos de las siete torres acogerían el primer ‘shopping center’ de España. Más de 30.000 metros cuadrados reservados a firmas «de prestigio» entre las que destacaba la entonces pujante Galerías Preciados. Aquel ambicioso e innovador formato de negocio, cuya inauguración en 1971 causó sensación dentro y fuera de Euskadi, languidece hoy con decenas de locales cerrados para desconsuelo de unos vecinos que ven como entre sus pasillos desangelados se multiplican los problemas, debido a «la proliferación de la droga y la prostitución masculina». El último lunar lo ponen media docena de viviendas ilegales en oficinas propiedad del administrador de fincas del grupo Zabalburu.

«Viene mucha marginalidad de San Francisco y se devalúa la zona a todos los niveles»

Fernando Alonso se jacta de ser uno de los veteranos de las torres. «Llegué en 1969 con cuatro años y presumía de que Zabalburu, mi barrio, era la mejor zona de Bilbao. Pero mira ahora», subraya. Recuerda cómo el tirón de Galerías Preciados inundó de tiendas y clientes un enclave que, sin embargo, no logró sobreponerse a su marcha en 1977. Una situación, apunta, a la que contribuyeron «bastante» los elevados alquileres. El carrusel de cierres se multiplicó y el promotor acabó vendiendo locales a «negocios de mala reputación», que aceleraron la debacle comercial y dispararon la conflictividad. Tanto, que los residentes tuvieron que salir a la calle en tres ocasiones para plantar cara a las peleas y las drogas. Batallas que acabaron venciendo, pero que desgastaron la capacidad de atracción de la zona hasta límites insospechados. «Ya nadie quiere instalarse aquí», lamenta.

LOS DATOS

30.000 metros cuadrados para actividades comerciales hay disponibles en cuatro plantas que albergan los bajos de las torres.

En 1977 Es el año en que se marchó Galerías Preciados de Zabalburu y, para los vecinos, el inicio de una decadencia progresiva «y ya casi irreversible».

2012 fue la última vez que los vecinos se movilizaron contra la conflictividad. Ahora denuncian el retorno de las drogas y la prostitución. (Texto de «El Correo» (José Domínguez. Martes, 31 octubre 2017)

Cines Abra. Nicolás Alcorta, 5-7 (Centro Comercial Zabálburu). Abrieron en 1977 y, en 1985, fueron renombrados simplemente “Sala X” para proyectar eso, cine X (allí se pudo ver el clásico “Garganta profunda”). En 1993 volvieron a ser los Cines Abra y a recuperar la programación comercial. Dos años después cerraron.

Vistarama. Nicolás Alcorta, 1 (Centro Comercial Zabálburu). 1970-1995. Sus instalaciones las ocupa ahora el gimnasio Basic Fit.

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Las torres ocupan el solar que anteriormente ocupó Villa Mena:

El inmueble fue construido por la familia Zabálburu a mediados del siglo XIX como residencia familiar. Además de Villa Mena se conocía también con los nombres de Chalé Mena, Palacio Mena o Palacio Zabálburu. Tenía un parque dentro de la propiedad, y era habitual que Alfonso XIII pasara temporadas en este edificio cuando visitaba Bilbao.

Al comienzo de la guerra civil, el palacio era propiedad de los Condes de Heredia Espínola, Alfonso Martos Arizcun y Carmen Zabálburu Mazarredo. El Gobierno Vasco decidió expropiar la finca y disponer de la misma para el Departamento de Agricultura. Este edificio fue utilizado como sede gubernamental aproximadamente entre noviembre de 1936 y el 16 de junio de 1937.

El ayuntamiento de Bilbao expropió el inmueble durante la década de 1960. El consistorio franquista presentó en 1962 un proyecto de ordenación de la Plaza Zabalburu y la manzana contigua a la misma, que significó el inicio de la transformación urbana de toda la zona. A finales de la década se construyeron las Torres de Zabalburu y el centro comercial, inaugurados en 1971.

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Antigua Fábrica de Harinas «La Ceres» (Merced 4)

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Se desconoce con certeza el autor del proyecto, pero parece que correspondió al ingeniero madrileño Ramón Grotta y Palacios  y modificado por uno de los hijos del empresario que encarga la obra, el arquitecto recién titulado Federico Ugalde y Echevarría

Data de 1900 y se trata de la primera obra construida en el estado español en hormigón armado sistema Hennebique y de un hito tecnológico en la arquitectura industrial vasca. Por tal motivo está catalogado como Bien Cultural con la categoría de Monumento.

Se trataba de un edificio industrial cuyo uso no sería otro que el de convertirse en una de las fábricas de harina de la familia Ugalde. No es de extrañar pues, que su hijo Federico, recibiera el encargo de idear y dirigir la obra a pesar de su juventud y que se trataba, ésta, de una de sus primeras actuaciones profesionales. Federico de Ugalde fue, en todo caso, un renombrado arquitecto bilbaino y un importante personaje de la vida social de la Villa. A él se deben obras significativas tales como los trabajos realizados para la familia Irala en el barrio que lleva este nombre, así como en diferentes instalaciones de la harinera que esta otra saga bilbaina poseía en aquel barrio (1908-1915).

Hay que destacar el elegante y funcional edificio de la fábrica Ceres diseñado, originariamente, con una fachada, en la práctica, totalmente acristalada. De haberse llevado a efecto, ésta, según ese trazado primitivo, habría constituido un hito más significativo aún, relativo a la modernidad, en la arquitectura bilbaina. La construcción definitiva de la fábrica Ceres, al margen de los aspectos constructivos relativos al proceso de edificación en hormigón, impuso una matización importante en lo que, a la pureza del diseño de la fachada, a la que antes nos hemos referido, hace referencia. Una controlada y contenida interpretación ecléctica, sustituyó a la extraordinaria versión del alzado que había sido proyectada inicialmente.

La obra comprendía, en altura, en el alzado que daba frente al muelle de Marzana, un total de cuatro pisos y un bajo cubierta amansardado además de la correspondiente planta baja. Con posterioridad se ejecutaron otros levantes menos cuidados que han sido eliminados, acertadamente, en la reciente restauración. En base al criterio de una superficie industrial sin obstáculos, la fábrica se resolvía mediante una retícula rectangular de, aproximadamente, entre 4 y 4,5 metros, adaptándose, el perímetro, a las medianerías y a la propia geometría irregular del solar. En fin, en los tiempos actuales, después de un período de decadencia, la fábrica Ceres ha sido recuperada, en el año 2003, por el arquitecto Iñaki Aurrecoechea para, conjuntamente con una edificación colindante, destinarse al uso residencial. La obra, elegantemente resuelta, nos permite contemplar y disfrutar hoy de la imagen de lo que fue La Ceres y comprender el sentido e interés de la misma dentro del patrimonio arquitectónico de Bilbao. (Texto de Elías Mas Serra en el periódico Bilbao)

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Añadido como edifico colindante en la restauración «en el año 2003, por el arquitecto Iñaki Aurrecoechea para, conjuntamente con una edificación colindante, destinarse al uso residencial»

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