Siervas de Jesús (Naja 1)

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La congregación de las Siervas de Jesús fue fundada a finales del siglo XIX por la santa vitoriana María Josefa del Corazón de Jesús. Esta mujer se planteó la creación de un nuevo instituto de atención a los enfermos y finalmente lo hizo en Bilbao en 1871. En 1878 sus miembros se alojaron en una casa situada en La Naja, lugar que se convirtió en el asiento definitivo de la Casa Madre. En 1892 se encomendaron las obras de una nueva residencia a Joaquín Rucoba, concluyendo en 1894. El actual edificio, proyectado por Belén Galdós Tobalina, fue inaugurado en octubre de 1977.

Las Siervas de Jesús son una de las órdenes llamadas de enfermeríu hospitalarias. Estas religiosas jugaron un papel importante a la hora de cubrir las necesidades sanitarias de la época. Estuvieron a su cargo el Hospital de Triano (1882), el de La Arboleda (1890) y el Sanatorio Bilbaíno (1894). En el primero de ellos trabajó como médico D. Enrique de Areilza quien, en busca de las mejores colaboraciones, pensó rápidamente en las Siervas de Jesús. Juntos tuvieron que hacer frente a terribles epidemias como la que asoló Bizkaia en 1885. El Dr. Areilza se convirtió en el médico de cabecera de la Madre María Josefa.

Actualmente, las Siervas siguen dedicándose a la misma labor. Sirve de ejemplo su trabajo con enfermos terminales de SIDA en un solar contiguo de la calle Hernani.

En el interior del actual convento de las Siervas de Jesús en La Naja destaca su iglesia, por ser una réplica de la que se levantó en el mismo hasta 1977. Por ser la Casa Matriz de la congregación, expone, a modo de museo, diversos relicarios y objetos usados por la Madre Fundadora. (Texto de Bilbao.eus)

Destaca en su fachada la figura de su fundadora: Sabta Mª Josefa

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Kiosko del Arenal (Parque del Arenal)

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Es una construcción destinada a uso musical, ubicada en El Arenal bilbaíno, en la margen derecha de la Ría. Construido en 1928 según proyecto del arquitecto Pedro Ispizua.

Un proyecto inicial de 1923 para construir un kiosko de la música, como elemento singular de la urbanización del Paseo del Arenal, inspirado en la forma de una concha, no fue ejecutado por su alto coste económico. Fue necesario un segundo proyecto del propio Ispizua, arquitecto municipal de Bilbao, que finalmente llegó a buen término y que se mantiene hasta la actualidad tras sucesivas remodelaciones.

Su propuesta tiene en cuenta cuestiones acústicas, funcionales y constructivas, que son resueltas con una cubierta ligera volada y atirantada que parece flotar sin apoyos y que facilita la visión de los espectadores sobre la totalidad del escenario. Se decanta por la utilización de estructura metálica, integrando en ella la decoración, con un sentido de modernidad frente a modelos de tipologías anteriores, con un carácter urbano e innovador. Une la fuerza plástica de la arquitectura del hierro con detalles y decoraciones Art Decó. Bajo el escenario se ubica un semisótano con locales de servicio al que se accede por unas escaleras laterales. Asimismo el proyecto recogía un pequeño puesto de refrescos en la parte posterior.

Pedro Ispizua, de origen bermeano y apasionado por el dibujo, se recrea en este proyecto a través de sucesivas propuestas gráficas que desembocan en la obra que hoy conocemos: un kiosko de música circular abierto con cubierta volada, de gran expresionismo. Supone, junto a otra obra de escala bien diferente, el Mercado de la Ribera, el legado más sobresaliente de este prolífico arquitecto en el borde del casco histórico hacia la Ría.

En 1985 el kiosko fue rehabilitado por Ramón Lecea, arquitecto municipal, poco antes de su fallecimiento, restableciendo sus vidrieras. (Texto de Francisco J. García de la Torre y Bernardo I. García de la Torre en Bilbopedia)

En sus bajos existe un bar que coloca una alegre terraza en la plaza los días de buen tiempo

Es preciso destacar las dos alegorías de la música que rematan el kiosko y que son obra, nada menos que de Joaquín Lucarini, el escultor con más obra pública de la villa. Fechadas en 1930

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También merecen una mención especial sus vidrieras que fueron un trabajo de la empresa Vidrieras de Arte S.A.,

Y las imágenes de la nostalgia

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Hotel NYX (Arenal 4)

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En un lugar privilegiado del Arenal, este solar ha tenido historia previa.

Inicialmente era un solar con viviendas, la casa del Suizo, hasta que se levantó en su lugar un hotel: El Hotel d´Inglaterra propiedad de los hermanos Zubillaga y en cuyos bajos estaba el famoso Café Suizo

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Posteriormente, en 1949, Rafael Fontán realizó una reforma para que el antiguo hotel diera paso a otro más moderno: El Hotel Almirante

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Imagen de Todocolección

La estructura principal se conservó cuando en 1977, Javier Fontan Gamarra y Jose Luis Urrutia Bilbao lo transformaran para ser la sede de la Cooperativa de Crédito Caja Rural Provincial de Vizcaya, posterior Laboral Kutxa (Ipar Kutxa)

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Y es en 2018 cuando el destino hoterelo de este solar recupera su función al trasformar el edificio de oficina bancaria a un nuevo hotel : El Hotel NYX de la cadena Leonardo Hotels

 

 

 

 

Centro Municipal de Castaños (Castaños 11)

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Este precioso edificio modernista fue concebido por Ricardo Bastida Bilbao en 1905 como un lavadero publico.

Con el paso del tiempo cesó en esa actividad y en 1938 se realizó una reforma para reconvertirlo en mercado municipal. La obra corrió a cargo de Hilario Imaz Arrieta.

Luego permaneció en el olvido hasta que el ayuntamiento decide reformarlo para convertirlo en un Centro Municipal inaugurándolo en 2009. La reforma la realizó IMB arquitectos

A las dos plantas originales, que fueron sometidas a una reconstrucción integral, se ha añadido un nuevo volumen acristalado de tres pisos sobre la cota de la antigua cubierta, lo que ha permitido ampliar la superficie hasta 1.627 metros cuadrados.

La perspectiva urbana, visualizada desde el entorno urbano próximo (la Plaza del Funicular), y dirigida hacia el antiguo mercado, permite apreciar la diferencia de alturas entre las cornisas del edificio de Ricardo Bastida y de los edificios de viviendas colindantes. La evidencia se hace manifiesta por la presencia de dos grandes medianeras ciegas que envuelven el edificio del mercado y dibujan el perfil edificatorio de la edificación más reciente, conformando un gran vacío urbano, a partir de la segunda planta, de escaso interés. La remodelación contempla una ampliación en altura, condicionada por la premisa de respetar la imagen, la cornisa y el volumen del edificio existente. Se preserva de esta forma la memoria histórica del antiguo lavadero, cuyas fachadas han sido objeto de una restauración científica. El volumen añadido, retranqueado en sus dos fachadas, se basa en la idea de la ligereza y la neutralidad, tanto en la composición de los huecos de fachada, como en la textura de los materiales, en el orden constructivo e, incluso, en sutiles referencias hacia el edificio actual. El orden constructivo se basa en una composición horizontal, a base de elementos lineales, que aligera la percepción en altura y conforma una difusa trama que enmascara la interpretación del volumen en relación con el de número de plantas. La pequeña escala o modulación de los elementos horizontales permite eludir cualquier competencia con lo existente. La textura de los materiales, (celosía horizontal de elementos cerámicos sobre fachada de vidrio con ventanas de celosía de lamas horizontales practicables), establece una sutil referencia material y compositiva en relación a las franjas horizontales de ladrillo de la planta primera del edificio actual. La traza de las fachadas, retranqueadas respecto a las alineaciones actuales, dibuja una envolvente poligonal quebrada, sin referencias de paralelismo respecto a las envolventes actuales, de modo que se preserva la identidad de las dos construcciones. El espacio interior se reforma integralmente en todas las plantas, incluida la cimentación y la estructura de pilares, vigas y forjados. El esquema de planta libre permite compartimentar el espacio disponible con total libertad. (Texto de IMB Arquitectos)

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Harino Panadera (Ugalde 7)

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El edificio al que nos referimos es el único que quedaba de la antigua fábrica de Harino Panadera que fue la sede y el embrión de todo el barrio de Irala que debe su nombre la fundador de la iniciativa, Juan José Irala

La construcción inicial se debió hacia 1902 a Mario Camiña y a Federico Ugalde. Se realizó totalmente en hormigón.

La fábrica cesó su actividad en 1992 y el edifico fue abandonado hasta limites preocupantes

Harino Panadera de Bilbao, edificio abandonado

Hasta que La Fábrica «Harino Panadera» de Irala, Bilbao fue inscrita en el inventario general del Patrimonio Cultural del País Vasco como Bien Cultural con la categoría de Monumento, merced a la Orden de 24 de Junio de 2005 del Consejero de Cultura del Gobierno Vasco (BOPV nº 144 del viernes 29 de julio de 2005) en el Inventario General del Patrimonio Cultural Vasco.

Las obras de restauración, en 2007, corren a cargo del Ayuntamiento de Bilbao y se las encarga al arquitecto Aitor Fernández Oneka, y como responsable la parte técnica ha participado el ingeniero técnico Carlos Fernández Vasallo 

Tras la restauración, el edificio es la sede del Área de Salud y Consumo del Ayuntamiento y alberga un interesante museo sobre la actividad industrial del antiguo complejo

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Escuelas de Tíboli (Tíboli 5)

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Edificio de uso docente, situado en la calle de Tívoli nº 5, en el distrito municipal de Uribarri. Fue construido en 1880 según proyecto del arquitecto Julio de Saracíbar.

Entre finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX el Ensanche de Bilbao se iba desarrollando con edificaciones residenciales, administrativas y equipamientos públicos, que se fueron convirtiendo en piezas representativas de la nueva ordenación urbana. Las escuelas de la calle Tívoli, hoy conocidas con el nombre de escuelas o colegio Viuda de Epalza, fueron ejecutadas gracias, precisamente, a la labor benefactora de Casilda de Iturrizar, viuda del banquero Tomás Epalza, que costeó la construcción del grupo escolar. La benefactora concibió la obra como homenaje a su marido, motivo por el cual pidió que se introdujera un busto escultórico en el eje de la fachada principal.

Estas escuelas fueron uno de los primeros trabajos de Saracíbar (nacido en Vitoria) en Bilbao. Basadas en una tipología simétrica separaba, según la costumbre de la época, las zonas educativas de niños y niñas. Su proyecto acomete el estudio de la incorporación de la luz natural y ventilación de las aulas. La construcción se desarrolla en dos alturas con abundantes citas historicistas en la composición de la fachada, que pretende mostrarse como un edificio público a pesar de estar ubicado entre medianeras.

La ampliación de las escuelas fue encomendada al arquitecto Enrique Epalza, que en esos años desarrollaba también el proyecto del Hospital de Basurto. Planteó su propuesta mediante una intervención modesta y sencilla, encuadrada estilísticamente a través de sus detalles constructivos y ornamentales en la corriente arquitectónica del modernismo. La obra se completó entre 1901 y 1903. (Texto de Francisco J. García de la Torre y Bernardo I. García de la Torre (Bilbaopedia)

El edificio cuenta en una de sus entradas de un busto de Dª Casilda Iturrizar que es obra de Alfredo Lucarini del año 1900.

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Colegio Público Múgica (Santamaría 2)

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El Colegio Público Múgica se halla ubicado en el ángulo que forman las calles Ribera y Santa María en lo que es el conjunto monumental del Casco Viejo de Bilbao.

Su construcción responde a diferentes actuaciones de este tipo que, entre los años 1907 y 1917, el Ayuntamiento de Bilbao encargó al arquitecto municipal Ricardo Bastida.

Por su ubicación, y al igual que ocurrió en el caso del Colegio Público García Rivero, este centro escolar se vio afectado de manera importante por las inundaciones de agosto de 1983.

Ricardo Bastida concibió el colegio desde el programa organizado según la típica dualidad niños-niñas y, consecuentemente, con la duplicidad de escaleras requerida para tal funcionamiento. Las aulas se disponen en los frentes de fachada con amplios ventanales para absorber, de la mejor manera posible, la mayor cantidad de luz necesaria para el uso lectivo.

Como lenguaje estilístico, escogió el arquitecto una versión modernista, muy próxima a los dictados de la “Sezessión” vienesa, consiguiendo una imagen de conjunto equilibrada y elegante que pondera, de manera singular, esta obra de uno de los autores modernistas más llamativos del panorama de la arquitectura bilbaína. (texto de BilbaoIzan)

Está considerado como Bien Cultural Calificado desde diciembre de 2012.

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Hay un interesante trabajo al exterior del edificio de las escuelas de Múgica. Se sitúa dentro de una hornacina en la fachada de la calle Santa María. Es un trabajo en bronce de Higinio Basterra (1876-1957) que representa al maestro Lorenzo Múgica (1901-07), el cual da nombre a la escuela inaugurada en 1918, según diseño del arquitecto Ricardo Bastida (1879- 1953). La efigie del homenajeado se representa como una persona de espíritu bondadoso y notable personalidad. Lleva sobre su pecho una medalla en reconocimiento a la importante labor desarrollada durante 51 años. El rostro muestra la turbación de la edad y el modelado recoge los cambios ambientales de la luz. Con todo ello evidencia una transición entre el naturalismo y el impresionismo. El busto se ha idealizado al cortar el cuerpo con un arco de circunferencia.