BBK (Zabalbide 1)

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Este edificio, nacido como alhóndiga, se ubicó en el terreno ocupado con anterioridad por la antigua Alberca, entre el Palacio de los Lezama-Leguizamón y el Palacio de los Victoria de Lecea, al inicio de la Cuesta de Zabalbide. Había realizado el proyecto del mismo el que fuera Maestro de Obras y técnico del Ayuntamiento de Bilbao: Domingo Fort, presente, mediante un importante número de trabajos, tanto en el área del Casco Viejo como en otras zonas del Municipio y, particularmente, en el Ensanche del mismo. Domingo Fort realizó un correctísimo ejercicio de arquitectura al proyectar y ejecutar la alhóndiga situada en el encuentro de la calle Ronda con la cuesta de Zabalbide. Su diseño formal se apoya en un muestrario bien seleccionado del repertorio de las “Beaux Arts”. El edificio, en principio modesto, destacaba por su adecuada y sencilla composición y por la utilización del ladrillo y la piedra de manera elegante. Presentaba un levante de planta baja y dos plantas piso y una última planta de cubierta amansardada. Fue, pues, en esta dependencia municipal donde se instaló la nueva entidad de ahorro cuyo acto inaugural tuvo lugar el 13 de febrero de 1907 bajo la presidencia del alcalde de la Villa, en aquel momento, Gregorio de Ibarreche.

El edificio en la actualidad

La fundación de la Caja de Ahorros Municipal de Bilbao, que cristalizó en la R.O. de 15 de enero de 1907, se debió a la iniciativa del primero de los citados alcaldes, es decir, de Gregorio Balparda. La propuesta, en cambio, de que además fuera Monte de Piedad hay que adjudicársela, sin embargo, a su sucesor Ibarreche. La nueva entidad, nacida de la iniciativa municipal, necesitaba, como es lógico, un primer domicilio social donde dar comienzo a su actividad. Y así como la Caja de Ahorros Vizcaína, que se creó con posterioridad por iniciativa de la Diputación de Bizkaia, buscó acogida en las propias dependencias del Palacio Foral, la nueva entidad municipal se instaló en uno de los edificios de los que disponía el Ayuntamiento: en la Alhóndiga de la calle Ronda.

La importancia que, paulatinamente, fue adquiriendo la Entidad de Ahorro hizo que el edificio, primitivamente destinado a alhóndiga, requiriera de algunas transformaciones para dotarle de mejores espacios y sobre todo de una imagen adecuada a la importancia de la Institución. Le tocó, en este caso, a Ricardo Bastida, a la sazón arquitecto municipal, el desarrollo del correspondiente proyecto del que se dedujo la definitiva imagen que ha adquirido hoy la construcción. La obra abordó, fundamentalmente, un cambio de imagen en la fachada del edificio de tal manera que a través de esta, se hiciera patente la representatividad de la sede de la Caja de Ahorros. El diseño realizado por Ricardo Bastida tiene como fecha el mes de julio del año 1926 y se concreta en un levante frontal en la última planta que presenta una imagen más rotunda de la fachada que la que le aportaba la antigua mansarda. Todo ello sin perjuicio de las mejoras y reformas para los diferentes servicios que la entidad de crédito precisaba. Por otra parte, situaba en posición central la puerta de acceso a la entidad entre los tres huecos que el edificio presentaba en la fachada a la plazuela de los Santos Juanes. Hay que resaltar el respeto de Ricardo Bastida por la obra de Domingo de Fort que es, aún hoy, perfectamente perceptible en el conjunto. La nueva parte añadida al edificio primitivo es tratada como una continuidad compositiva del primitivo alzado, al que se refiere en sus mismos ritmos fundamentales, mientras que las nuevas aportaciones, ejecutadas en sillería, adquieren el carácter claro e indiscutible de un remate digno y equilibrado que se integra perfectamente en el trabajo realizado por el Maestro de Obras. En la concreción de este remate, Ricardo Bastida, une su sabiduría en el manejo de determinadas constantes académicas, con unos ponderados y limitados recursos modernistas de excelente efectividad. Todo bien conjugado para formalizar una idea unitaria del conjunto y crear una nueva imagen, digna y representativa, tanto para la organización que albergaba, como para el espacio urbano, altamente emblemático, al que se asomaba y ayudaba a configurar. Con posterioridad, la Caja de Ahorros y Monte de Piedad Municipal de Bilbao, trasladó su sede central al nuevo Ensanche, al igual que hicieron otras entidades de crédito radicadas, inicialmente, en el Casco Viejo. Así, de esta manera el edificio de la primera sede de la Institución pasó a ser una más de las sucursales de la Caja de Ahorros Municipal y, ahora, de la BBK. Dadas las características de la construcción se la podría reputar de un edificio modesto, sobre todo en contraste con los grandes proyectos realizados en los últimos tiempos en nuestra Villa. Sin embargo, no es así, sólo hay que asomarse al entorno de la iglesia de San Antón, para hacerse idea de la notable seriedad y rigor alcanzado por los dos autores que, de manera superpuesta, dieron forma a este edificio, sede social de una notable iniciativa municipal, y referencia significativa en un entorno en el que coinciden grandes ejemplos de la arquitectura del Bilbao de todos los tiempos. (Texto de Elías Mas Serna en el periódico Bilbao)

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